Miles de personas se han rendido ante sus grandes éxitos, que la artista interpretó en medio de un gran espectáculo, con fuegos artificiales incluidos.
Si la semana pasada arrasó en el Rock in Rio brasileño, esta vez le tocaba animar la noche porteña dentro del marco del festival Pepsi Music 2011, que se desarrolla estos días en la capital argentina.
Las luces se apagaron puntualmente a las 21.15 horas del martes en el campo del Club de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, pero no fue Katy Perry quien saltó al escenario.
Se trataba del DJ Skeet Skeet, quien durante media hora animó al público asistente al ritmo de los éxitos más sonados en las discotecas.
Tras este aperitivo, el escenario cobró vida de nuevo para traer a la estrella de la noche. Una plataforma se elevó por los aires y, a bordo de ella, la cantante lanzó los primeros versos de «Teenage dream«, una oda al amor adolescente.
El «show» continuó con «Hummingbird heartbeat», «Waking up in Vegas» y «Ur so gay», entre otros, hasta llegar a «I kissed a girl», tema este último que la lanzó a la fama internacional en 2008.
Fue en este punto del concierto cuando la artista eligió a un joven del público para que subiera al escenario, donde le hizo presentarse y desnudarse de cintura para arriba, y acto seguido le dio un beso en la mejilla.
Aunque se ganó la complicidad de sus seguidores y generó risas entre la audiencia, esta pantomima le supuso a la cantante un disgusto hace unos días en Brasil, donde el chico que subió trató de robarle un beso extra a Perry y esta se ofendió.
La joven protagonizó también un momento de tensión entre sus fans al tropezarse y caer aparatosamente al suelo, tras lo cual un responsable de seguridad la sacó del escenario en brazos. Pero todo quedó en un susto, y la estrella regresó a los pocos minutos sin que diera tiempo a que el espectáculo decayera.
Redacción (Agencias)