El arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México, Orlando Casares, ha explicado que la base de la medición temporal de esta antigua cultura era la observación de los astros.
Se fijaban, por ejemplo, en los movimientos cíclicos del sol, la luna o venus, y de la misma forma medían sus eras, que tenían un principio y un final.
«Para los mayas no existía la concepción del fin del mundo, por su visión cíclica», especificó Casares, que aclaró: «La era cuenta con 5.125 días, cuando ésta acaba, comienza otra nueva, lo que no implica que durante ese momento vayan a ocurrir catástrofes; simplemente los hechos cotidianos, que pueden ser buenos o malos, vuelven a repetirse».
Redacción (Agencias)