A mediados de los años setenta, los Stones atravesaban una mala racha. Después de haber comenzado la década con los trabajos más celebrados de su carrera -«Sticky Fingers» (1971), «Exile on Main St» (1972)-, la fórmula de Mick Jagger y Keith Richards y sus compinches daba síntomas de agotamiento.
El estancamiento creativo se hizo patente en los álbumes siguientes y situó en una encrucijada a un grupo que parecía desencajado entre los sonidos de la música disco y el torbellino del punk.
Algunos empezaron a cavarles una tumba que treinta años más tarde sigue abierta. Y ellos respondieron con «Miss You», el tema con el que hicieron suyos los sonidos de la época sin perder su estilo.
Fue una jugada maestra. «Miss You» se convirtió en un llenapistas y los Stones volvieron a ser modernos; un clásico que mantiene hoy todo su sentido.
Ya sólo quedaba completar el trabajo con un amplio repertorio de estilos que incluía el rock más «stoniano» («Lies», «Shattered», «Respectable»), incursiones en el country («Far Away Eyes») o relecturas de clásicos del soul («Just My Imagination»).
Redacción (Agencias)