Los dos artefactos de exploración espacial de la misión GRAIL han frenado su trayectoria este Fin de Año y se colocarán a lo largo de Año Nuevo en una órbita de la Luna desde la cual explorarán el interior del satélite de la Tierra. Los dos artefactos han estado viajando hacia la Luna desde su lanzamiento en septiembre pasado desde Cabo Cañaveral (Florida), un viaje parsimonioso sobre la distancia que los astronautas de las misiones Apolo recorrieron en apenas tres días.
El día de Fin de Año una de las sondas gemelas GRAIL -la sigla en inglés que corresponde a Laboratorio de Recuperación de Gravedad e Interior– ha encendido sus cohetes para disminuir la velocidad de forma que ha quedado cautiva de la gravedad de la Luna a unos 56 kilómetros de la superficie selenita. De ese modo, hoy día 1 de Enero, la otra sonda hará una maniobra similar, y desde esas ubicaciones ambas trazarán un «mapa» de la gravedad de la Luna midiendo los efectos de esta fuerza sobre sus trayectorias orbitales.
La misión no está restringida a los científicos y académicos: cada uno de los artefactos GRAIL, propulsados por energía solar, está equipado con cuatro cámaras que serán operadas por grupos de escolares de nivel intermedio. La agencia espacial estadounidense NASA ha calificado la misión GRAIL como «un viaje al centro de la Luna» ya que la medición de la fuerza de gravedad permitirá la construcción de «mapas» de 100 a 1.000 veces más precisos sobre el interior de satélite que los obtenidos hasta ahora.
Los artefactos, cuyos nombres oficiales son Grail-A y Grail-B, han recibido denominaciones de un concurso organizado por la NASA entre escuelas y estudiantes que sugirieron varios nombres. La palabra «grail» corresponde a «grial» en castellano y es, según la leyenda cristiana, la copa o cuenco que usó Jesús en su última cena, un objeto que » ha sido causa de gestas y búsquedas por parte de guerreros cristianos durante siglos.
Irene Belmonte – Agencias