La Super Bowl (al margen del evento deportivo) es uno de los acontecimientos sociales más importantes en Estados Unidos. Éste partido está considerado como un acto social muy señalado que los aficionados disfrutan en compañía.
Cada año, la Super Bowl cuenta con un espectáculo musical que se celebra durante el descanso del partido. En sus inicios éste espectáculo lo protagonizaban las bandas musicales de las universidades estadounidenses. Conforme pasaron los años y dado el éxito del evento, grandes cantantes y grupos musicales pasaron a ser los protagonistas de los conocidos descansos.
La Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) autoriza, como excepción para la final, que el descanso de la Super Bowl dure media hora. De esta manera, las actuaciones son más espectaculares y se destina un presupuesto mucho mayor al habitual en partidos de la NFL.
A lo largo de la historia ha habido actuaciones que han trascendido más allá del partido.
En el año 1993, la NFL contrató a Michael Jackson para la 27 edición de la Super Bowl. El artista cantó «Heal the World» junto a un coro de más de tres mil niños. La enorme acogida de esta actuación hizo que la calidad del show mejorase notablemente desde entonces.
En la edición celebrada en 2002, los irlandeses U2 homenajearon a las víctimas del 11-S con la canción «Where the Streets Have No Name». La actuación tuvo una gran repercusión en los medios de comunicación de todo el mundo.
Un desafortunado incidente en la edición de 2004 protagonizado por Justin Timberlake y Janet Jackson tiñó el descanso de la Super Bowl de polémica. Un inesperado movimiento de Justin al final de la actuación provocó que durante un segundo de la emisión se mostrasen imágenes poco apropiadas.
Desde entonces, todos los espectáculos en directo realizados en Estados Unidos se emiten con un retardo de cinco segundos.
El espectáculo del 2012 lo ha protagonizado Madonna. La cantante deslumbró el pasado domingo a los aficionados al fútbol americano y a los más de cien millones de espectadores que siguieron su actuación durante el descanso de la Super Bowl.
Madonna entró al estilo de Cleopatra al estadio Lucas Oil de Indianápolis, llevada por un grupo de musculosos gladiadores.
Con atuendo egipcio, tocado y unas ajustadas botas negras, la superestrella del pop presentó su tema Vogue bajo las luces y otros efectos visuales de una actuación a la que contribuyó el canadiense Circo del Sol.
Luego llegó Music, a la que siguió Give Me All Your Luvin, del último álbum de Madonna.
Tras una mezcla de sus éxitos Open Your Heart y Express Yourself, Madonna cerró su actuación ataviada con un traje negro al estilo góspel, con el que interpretó Like a Prayer junto con Cee Lo Green antes de desaparecer en una nube de humo.
Madonna no fue la única superestrella del pop que actuó en la Super Bowl el domingo, uno de los programas más vistos en televisión en Estados Unidos: Kelly Clarkson interpretó el himno nacional.
La Super Bowl atrajo el año pasado a 111 millones de espectadores en Estados Unidos, la cifra más alta para un programa en ese país.
Redacción (Agencias)