Actualmente hay en España unos 5.000 centros de medicina estética autorizados en España, un 20 % más que el año anterior, según datos de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME). Ésta, destaca que es un sector que está «generando empleo» y, al mismo tiempo, está afectado por el «intrusismo» de otros centros y especialistas que operan si formación.
Así lo ha reconocido la secretaria de la Junta Directiva de esta entidad, Petra Vega, en el marco del IX Congreso Europeo de Medicina Estética, reconociendo que se trata de un sector en auge pese a que la crisis ha frenado la demanda.
«No genera más ingresos y más volumen de negocio, pero sí hay nuevas clínicas abiertas», ha destacado esta experta que, paradójicamente, achaca este incremento de la crisis y a los recortes que se están produciendo en la sanidad pública. «Muchos compañeros que estaban formados en esta materia habían optado por trabajar en la sanidad pública pero, ahora, en vistas de como está el panorama, han continuado su formación y han abierto nuevos centros».
El problema, reconoce Vega, es que a la par de estos centros impulsados por personal con formación surgen otros, generalmente gimnasios o centros de belleza, que «se la juegan» cuando «su volumen de negocio decae y no pueden subsistir».
En este sentido, la doctora Vega reclama a las autoridades sanitarias que regule la especialidad de Medicina Estética para que, de este modo, los tratamientos que utilizan sólo puedan ser aplicados por médicos especialistas en la materia, lo que a su vez «dará seguridad al ciudadano».
«Hay que quitarle la máscara a los que no están preparados y vieron una oportunidad en este negocio», ha añadido el doctor Alberto Elbaum, presidente de la Unión Internacional de Medicina Estética (UIME), que recuerda que «cuando se ponen herramientas como las que utilizan estos profesionales en manos de quien no sabe, se pueden tener malos resultados».
Silvia Barradas (Agencias)