El consumo de soja durante la infancia puede evitar la aparición de un cáncer de mama en el futuro. Un hecho que explica por qué Asia y África concentran la incidencia más baja de este tipo de cáncer frente a Europa y Estados Unidos y es que, de cada mujer asiática que padece esta enfermedad en Europa se diagnostican tres nuevos casos.
Según comenta el experto del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM), Miguel Ángel Seguí, en el mundo las tasas más elevadas de esta patología se asocian a los países del centro y del norte y en España a las comunidades autónomas del norte.
«En el continente americano ocurre lo mismo. Conforme viajamos al sur desde Estados Unidos, la incidencia desciende en la población de Centroamérica y Sudamérica. Esto tiene que ver con el estilo de vida occidental, donde el sedentarismo y la obesidad son más habituales», explica este oncólogo.
En la actualidad se calcula que entre un 8 y un 10 por ciento de los tumores mamarios en mujeres mayores de 50 años están relacionados con su estilo de vida alimentaria. Por tanto, según comenta el oncólogo la alimentación juega un papel «muy importante» en el desarrollo de determinados tumores y, concretamente, las grasas favorecen la producción de estrógenos, elevan sus niveles e incrementan la aparición del cáncer de mama.
Silvia Barradas (Redacción)