Los padres tienen que fijarse en el contenido y tiempo que pasan sus hijos cuando navegan por Internet con el objetivo de evitar problemas que podrían aparecer tras su consumo, como adiciones, obesidad, situaciones desagradables o trastornos picológicos, ha señalado el doctor Ariel Melamud, responsable de Redes Sociales de la Asociación Latinoamericana de Pediatría (ALAPE).
Este experto ha explicado que «hay que tener una actitud preventiva» con los niños que utilizan Internet, al igual que se tiene en otros campos, haciendo referencia a la prohibición de hablar con extraños, leer ciertos textos o administrar vacunas.
En su opinión, el hecho de pasar mucho tiempo frente a la pantalla se traduce en problemas musculares derivados de malas posiciones, trastornos visuales e, incluso, adiciones a las redes sociales. Además, ha hecho referencia a estudios que apuntaban a que los niños más obesos pasaban más tiempo frente a la pantalla del ordenador que el resto de menores.
Con todo, este experto ha lamentado que «la sociedad perciba el riesgo cuando aparecen las consecuencias» y ha advertido de que, en la adolescencia, es más complicado remediar la situación, ya que los jóvenes saben más que sus padres.
Según la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación, un 30 por ciento de los menores de 5 años y un 60 por ciento de entre 8 y 13 años usa Internet. Y, entre los 15 y 17 años, su consumo asciende hasta un 75 por ciento.
Por todo ello, la supervisión de un adulto es esencial para no llegar a estos extremos y, si se alcanza, parar la adición.
Redacción (Agencias)