El fútbol puede sacar a los pacientes que padecen cáncer en fase avanzada del contexto de su enfermedad, según un estudio, que evidencia que durante el visionado de un partido la intensidad del dolor medio disminuye casi un 9 por ciento y la del malestar un 5 por ciento. La investigación, presentada este martes, se enmarca en el Programa para la Atención Integral a las Personas con Enfermedades Avanzadas de la Obra Social La Caixa, y ha demostrado una mejora integral de los síntomas físicos y emocionales de los enfermos.
«En el momento de ver el fútbol se te pasan todos los males que tienes». «Antes de ver el partido tengo ilusión, ganas de hacer cosas, un estado de ánimo positivo y encuentro que eso me ayuda«. Estas son algunas de la frases pronunciadas por los pacientes que han participado en el estudio, elaborado conjuntamente por los equipos de atención psicosocial del Hospital Centro de Cuidados Laguna (Madrid) y el Hospital Sant Jaume i Santa Magdalena (Mataró), con el apoyo de la Universidad de Girona y la supervisión del doctor Eduardo Bruera, del MD Anderson Cancer Center de Houston.
Los resultados ponen también de relieve que el grado de exaltación (nerviosismo) se incrementa en casi el 13 por ciento durante un partido y disminuyen emociones negativas como la irritabilidad. El nerviosismo hay que entenderlo en sentido positivo, ha precisado la psicóloga Esther Martí, quien ha subrayado que el fútbol «saca a los pacientes del contexto de su enfermedad y les vuelve a meter en la vida». «Les permite volver a sentir emociones gratificantes que han ido perdiendo a causa de la enfermedad», ha destacado.
Aunque el estudio se basó en el fútbol porque, según datos del CIS, el 66 por ciento de la población española siente en mayor o menor grado simpatía por algún equipo, «va más allá» y demuestra que proporcionar actividades de ocio y distracción que resulten gratificantes a pacientes con enfermedades en fase avanzada revierte directamente en una mejora de la calidad de vida. También el fútbol aporta beneficios desde un punto de vista social, ya que ver un partido es una actividad «que se puede compartir hasta bien avanzada la enfermedad», fomenta la compañía y facilita la comunicación.
Irene Belmonte – Agencias