La localidad valenciana de Buñol volverá hoy a teñirse de rojo durante la celebración de su célebre Tomatina, la más peculiar e incruenta batalla de tomates que cada año reúne a decenas de miles de jóvenes procedentes de todo el mundo.
Será a las once en punto de la mañana cuando un cohete lanzado desde el Ayuntamiento marque el inicio de la contienda, en la que cinco camiones cargados de 120 toneladas de tomates repartirán la munición por un recorrido de 400 metros en una estrecha calle del municipio.
La Tomatina, que nace de una gamberrada ocurrida hace 67 años y que ha terminado por ser declarada festejo de Interés Turístico Internacional, espera reunir a cerca de 40.000 jóvenes ataviados con el «uniforme oficial»: camiseta blanca y pantalón corto o bañador. Los más experimentados usarán gafas de natación para evitar que el ácido del tomate dañe sus ojos.
Buñol se convertirá entonces en un centro de atención de la prensa internacional, con televisiones y medios escritos procedentes de países como Australia, Japón, Corea, Brasil, Argentina, Francia o Alemania.
Redacción (Agencias)