Investigadores de la Universidad de Uppsala en Suecia han demostrado con éxito en ratones que, si se interfiere la memoria del miedo en el momento justo y los recuerdos son recientes, se puede debilitar su impacto en el cerebro, según los resultados de su estudio que publica la revista ‘Science’.
El trabajo ha sido dirigido por el investigador Thomas Agren, que empleó una técnica de resonancia magnética funcional para observar los efectos del miedo en personas, descubriendo que, después de un impacto traumático, el recuerdo y su consolidación se fija en la amígdala cerebral, al igual que pasaba con los ratones.
De este modo, lo que han conseguido Agren y su equipo ahora ha sido demostrar que «es posible borrar la huella de los recuerdos temerosos en la memoria de dichas amígdalas y debilitarlo al interrumpir el período de reconsolidación en el cerebro».
Redacción (Agencias)