Ya queda menos para que, como cada año, miles de personas se congreguen en la famosa Plaza del Sol de Madrid para despedir el 2012 y dar la bienvenida al nuevo año que comienza. Pero no sólo desde la calle, sino que millones de telespectadores comerán las famosas «uvas de la suerte» desde sus casas.
Para que esto ocurra, el factor más importante es que el reloj que da las campanadas esté a punto y por eso estos días se dedican a engrasarlo y prepararlo. Los relojeros encargados suben a la torre varias veces por semana para examinar que la maquinaria esté en perfectas condiciones y no falle esa medianoche tan especial. Además, la medianoche del día anterior, del día 30, realizarán como vienen haciendo desde hace años, un ensayo.
El reloj, construido por el relojero español José Rodríguez de Losada, llegó a Madrid desde Londres en 1865. Losada lo donó al pueblo de Madrid y la Comunidad autónoma es su depositaria y la encargada de su custodia y mantenimiento.
Redacción (Agencias)