Científicos demuestran que el estado de ánimo e incluso la memoria, pueden transmitirse por la acción de microbios externos.
Un ejemplo es Mycobacterium vaccae, una bacteria que vive en el suelo y que inhalamos cuando estamos al aire libre. Ésta estimula a las neuronas para que liberen serotonina, el neurotransmisor de la felicidad y el bienestar, provocándonos estar de buen humor.
De hecho en la Universidad de Bristol han demostrado que inyectando esta bacteria en ratones de laboratorio se ejerce efecto antidepresivo muy similar al popular Prozac.
Pero hay más, y es que esta bacteria también puede mejorar la capacidad de aprendizaje. Así lo han demostrado los experimentos realizados con roedores alimentados con esta bacteria.
Los roedores a los que se la habían dado se movían más rápido por los laberintos y sufrían menos ansiedad.
Redacción (Agencias)