Hay ocasiones en las que algo nos sabe mejor dependiendo de su color. Uno de los casos más frecuentes es el del zumo de naranja, y así lo ha demostrado un estudio de la Universidad de Sevilla.
Del informe se desprende que los catadores perciben los jugos con tonos verdosos como más ácidos y esto hace cambiar su valoración sobre la bebida.
Pero el caso del zumo de naranja no es el único, porque también se ha demostrado que el color de la taza en la que nos tomemos un chocolate hace que nos guste más o menos.
En ese caso han sido científicos de la Universidad Politécnica de Valencia y la Universidad de Oxford los que han probado que una taza de chocolate caliente sabe mejor en un recipiente de color crema o naranja que en un vaso blanco o rojo.
Ambos casos se unen a otros que van desde latas más amarillas en las que se percibe mejor el sabor a limón, hasta vasos azules que parecen saciar mejor la sed que uno rojo, pasando por recipientes rosas que nos hacen creer que el contenido es más azucarado.
Todo se debe a una percepción de cerebro al integrar y enviar la información visual, pero los expertos todavía no han sido capaces que averiguar el porqué ocurre solo con determinados colores. Desde luego los humanos somos una caja de sorpresas……
Redacción (Agencias)