Hoy, 13 de abril, se celebra el Día Internacional del Beso. Sí, hay gente que dice (y seguro que alguno de vosotros lo piensa) que «ya hacen días para todo», o el típico tópico «ya no saben qué inventar». Pero prestad atención, ¡porque este 13 de abril hay mucho que reivindicar!
El Día Internacional del Beso se celebra el 13 de abril porque en esa fecha se dio el beso más largo de la historia, que duró 46 horas, 24 minutos y 9 segundos. ¿Y qué se celebra? Al parecer, muchas personas han olvidado los simples placeres asociados con el beso por el beso mismo, a diferencia del besarse como mera formalidad social o como preludio de las relaciones sexuales o de otras actividades. El besarse puede ser, y debería ser según los que reivindican este día, una experiencia gozosa y placentera por sí misma… ¡una auténtica expresión de intimidad!
El Día del Beso también es una lucha por los derechos humanos. La comunidad gay ha elegido este día en varias ocasiones para reivindicar sus derechos en muchas partes del mundo, organizando «besadas multitudinarias» en ciudades o estados donde su condición sexual no goza de los mismos derechos que la de la comunidad hetero.
Además de ayudar a la comunidad gay, este día también ha funcionado como contrapeso a prohibiciones que existen en algunas ciudades y en algunos países que impiden que las personas se besen o incluso se abracen: por ejemplo, existe el caso de un profesor que fue arrestado unas horas en la ciudad de León, en el estado de Guanajuato, en México.
Y por último, incluso algunos movimientos contra el consumo masivo, reivindican este día como la alternativa a San Valentín… un 13 de abril en el que, en lugar de estrujarnos el cerebro y el bolsillo pensando en qué comprar, compartimos un beso con la pareja o simplemente, con algún ser «querido»… querido, claro está, de forma especial.
Así que nada, todos a besarse. Si no os ha convencido todo esto, os contaré un secreto más: besar tiene varios beneficios… entre ellos se relaja todo el cuerpo, nos mantiene jóvenes ya que se trabajan 30 músculos, y se estimula la liberación de endorfinas. ¿Alguna excusa más?
Borja Bermúdez-Cañete / Agencias