Largas colas frente al Gobierno del Nuevo Taipei, en Taiwán, y todo para conseguir…¡una pala! ¡Pero no una cualquiera! Tiene que estar pintada de dorado, tener el mango de color rojo y medir 69 centímetros. Normas que son símbolos de prosperidad y que siguen las normas del «feng shui».
Según la tradición china, estas palas, colocadas bajo el colchón, ayudan a engendrar vástagos. Las parejas pueden señalar a los dioses su elección de sexo para su futuro hijo colocando la parte cóncava de la pala hacia arriba para tener un varón y hacia bajo para que sea una mujer.
Unas 500 familias han recibido este obsequio directamente del Gobierno central, que ha decidido organizar esta ceremonia de entrega de palas para fomentar nuevos nacimientos ante la baja tasa de natalidad de la isla. El motivo de que se ofrezcan palas, y no otro objeto, se debe a que “pala” en chino se pronuncia “chan zi”, que suena parecido a “tener hijos”.
Redacción (Agencias)