El niño Patrick Hannon, alumno de primaria de la escuela de McAdenville, apretó el interruptor que encendió las luces blancas, rojas, y verdes de todas las calles, árboles, y residencias del pueblo.
Los residentes de la ciudad son quienes decoran sus hogares de acuerdo a sus propios estilos, agregando así un toque especial a la celebración de la Navidad.
Más de 375 árboles entre 3 y 28 metros de alto adornan cada año la localidad, más de 200 coronas de flores copan las farolas en toda la ciudad, mientras que San Nicolás y sus renos se asoman desde una pantalla gigante de 9 metros de altura y 20 de largo.
Se espera que alrededor de 600.000 turistas recorran los 3,2 kilómetros de las calles del pueblo.
Redacción (Agencias)