Aunque ni siquiera están a la venta al público, las Google Glass son uno de los objetos más polémicos, ya que -entre otras cosas- pueden grabar películas o tomar fotos de forma casi desapercibida. Pero una cosa es la controversia, y otra es poder acabar detenido por usarlas… éso es lo que le ha pasado al protagonista de hoy.
Un joven llevaba una hora viendo una película con su mujer, cuando de repente ha aparecido el FBI en el cine y un agente le ha retirado las gafas pidiéndole que abandonara la sala. En el interrogatorio, el espectador ha asegurado que las gafas las usa a diario porque son graduadas, y que no estaba grabando la película del cine, que de hecho sus gafas estaban apagadas.
Al final, el FBI ha absuelto al joven… éso sí, después de borrar todas las fotos y vídeos que guardaba en la cámara… ¡vaya susto, y vaya faena!
Redacción (Agencias)