El documento nacional de identidad, más conocido como DNI, es nuestra carta de presentación. Y este 2014 cumple nada más y nada menos que 70 primaveras.
Nació durante el franquismo, concretamente en 1944, este documento ha sido el reflejo de la evolución social y política de nuestro país. Y al contrario que su dueño, el DNI no envejece al contrario, se moderniza y hasta cambia de apariencia.
Una de las cosas más llamativas de nuestro documento de identidad son las múltiples leyendas que se crean en torno a el.
Un mito dice que en el DNI se refleja la cifra de personas que tienen el mismo nombre, pues bien, el número que aparece solitario no refleja la cantidad de ciudadanos con el mismo nombre, se trata de un dígito de control (OCR)que se obtiene a través de un algoritmo. Y sirve para que las máquinas verifiquen los datos y comprueben la identidad del sujeto.
Pero hay más leyendas como el que nos ha llevado a pensar que si nuestro DNI tiene un número bajo es porque tenemos el documento de un fallecido. En realidad es una creencia falsa, Nadie tiene el número de un fallecido, sino que le toca uno del lote que vaya adjudicado su comisaría.
Y terminamos hablando del diseño del documento nacional de identidad.Después del Decreto de 2 de marzo de 1944, la primera noticia en el BOE sobre el documento es el concurso para la adopción del modelo oficial del DNI. La convocatoria daba 60 días naturales para presentar proyectos y decía que se pagarían 30.000 pesetas al ganador, que fue don Aquilino Rieusset Planchón.
Con leyendas o sin ellas, nuestro documento cumple este mes de marzo 70 años.
Redacción