Un nuevo estudio ha demostrado que un olor placentero modifica directamente la forma en que percibimos los rasgos faciales de otra persona,haciéndola más atractiva a nuestros ojos.
Los productos perfumados se llevan empleando durante siglos para mejorar la apariencia personal y, en vista de los resultados de este trabajo, lo consiguen de forma literal.
La investigación, publicada en la revista PLoS ONE, pone de manifiesto el potencial del aroma a la hora de alterar la percepción de la belleza facial.
Según los autores, el hallazgo demuestra que la gratificación olfativa y visual se integran en una misma evaluación emocional, lo que apunta a que el procesamiento neuronal de ambas se produce en la misma región cerebral.
Redacción (Agencias)