Practicar un deporte hoy día es algo muy habitual: jugar a fútbol, a pádel, baloncesto, tenis, natación… pero ¿qué hay de los deportes minoritarios e incluso raros? Poco a poco se van haciendo un hueco en el mercado deportivo, como por ejemplo: el freestyle, el lacrosse, el korfball, el curling, el crossfit, el blokart o el gateball, un juego, este último, nacido en Japón y ya presente en occidente en el que dos equipos de cinco personas deben competir empujando una pelota a través de pequeñas puertas.
El Hockey, por ejemplo ha pasado de 9.845 licencias a las actuales 10.629, la Montaña y Escalada de 148.592 licencias a 155.940, el Páddel de 34.787 a 39.652, el Rugby de 22.347 a 24.849, el Surf de 14.009 a 23.089 y el Triatlón de 18.137 a 21.079 según el Anuario de Estadísticas Deportivas del Consejo Superior de Deportes.
En algunos casos estas disciplinas son variedades evolucionadas de otros deportes, en otros se trata de “practicas importadas”. Otro de los deportes de tendencia es el curling, que trata de poner las máximas piedras posibles lo más cerca del centro de la diana dibujada en el suelo, contando solamente las ‘x’ piedras del mismo color que vayan seguidas.
José Ignacio Marcet, presidente de la Fundación Marcet valora positivamente el fenómeno de las minorías deportivas. Es cierto que suelen tener poca cobertura de los medios y a veces son injustamente tratados, un ejemplo es el fútbol sala, pese a ser un deporte de gran afluencia ocupa, sin embargo poco espacio en la prensa.
Redacción (Agencias)