La excéntrica Lady Gaga fue la arriesgada opción de la Academia de Hollywood para homenajear a la película Sonrisas y lágrimas en su 50 aniversario, lo que se tradujo en una interpretación vocal impecable pero un «look» que combinó el vestido de princesa con los tatuajes y las pelucas.
En medio de una sobria puesta en escena, con apenas unos árboles minimalistas, y con un grupo de cuerda, Gaga volvió a demostrar su carácter camaleónico no solo en su imagen, sino en su voz, mimemitizándose con el registro de Julie Andrews, que apareció al final de la actuación para darle su bendición.
«Querida Lady Gaga: gracias por tu magnífico homenaje«, le dijo la ganadora del Óscar por Mary Poppins, y quien perdió su legendaria voz tras una operación quirúrgica.
Hoy fueron The Sound of Music, My favourite Things, Edelweiss y Climb every mountain los temas con los que Lady Gaga se convirtió no solo en freulein María, la «novicia rebelde» (tal y como se tradujo en Latinoamérica), sino también en la madre abadesa de la famosa película.
Redacción (EFE)