Miguel Bosé se siente hoy por hoy «fuera de las modas» que, en su opinión, dictaminan los llenazos en los conciertos en España. «Este es el año de Pablo Alborán y de Joaquín Sabina», apunta. No obstante, este «adicto al escenario» ha vuelto a prescribirse una gran gira mundial. ¿O debería llamarlo «terapia»?
En una entrevista con Efe en su casa de Madrid, el músico, que el pasado otoño publicó su vigésimo disco de estudio, «Amo«, se muestra entusiasmado con su nuevo «tour», un aspecto de su carrera que, como es bien sabido, mima hasta el detalle junto a un equipo muy estable de profesionales internacionales.
Cerrado el capítulo de los «Papitos«, como se refiere a los dos exitosos discos «Papito» (2007) y «Papitwo» (2012), en los que reinterpretó a través de dúos su producción musical más destacada, ahora toca abrir una nueva etapa.
Promete que «no habrá merma de medios» respecto a giras anteriores, pero las circunstancias actuales en España obligan a mostrarse más cauto, de forma que, inicialmente, su gira nacional constará sólo de once grandes conciertos.
Después de un largo recorrido por México a partir de mayo, su gira por España arrancará el 20 de junio en la plaza de toros de Valencia y llegará después a Las Ventas de Madrid (25 de junio), al que le seguirán el Auditorio Rocío Jurado de Sevilla (día 27) y las plazas de toros de Palma de Mallorca (4 de julio), de Murcia (10 de julio) y de Alicante (día 11).
En agosto, irá el día 4 a Calella de Palafrugell (Girona), el 5 a la localidad tarraconense de Cambrils y el 16 a la plaza de toros de Benidorm, en la provincia de Alicante. En septiembre finalizará el tour nacional en el Palau Sant Jordi de Barcelona (día 9) y en La Ería de Oviedo (17).
Redacción (Agencias)
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