Aunque muchas personas pasan horas en el gimnasio intentando quemar todas las calorías posibles, el sistema nervioso es «increíblemente hábil» para cambiar la forma en que nos movemos y gastar así la menor cantidad de energía.
Así lo sostiene un estudio publicado en Cell Press Current Biology. Según señalan, el sistema nervioso supervisa de manera inconsciente el uso de energía y optimiza continuamente las pautas de movimiento buscando constante la forma más económica posible de moverse. Es decir que estamos programados para la pereza.
Los investigadores planean ahora estudiar cuestiones relacionadas con cómo el cuerpo humano mide el coste energético asociado a formas particulares del movimiento.
Redacción (Agencias)