La estación del año en la que nacemos es determinante para nuestro desarrollo sobre todo en la pubertad.
El estudio está realizado por la Universidad de Cambridge y sugiere que una exposición continuada al sol durante el segundo trimestre del embarazo podría ser beneficioso para el bebé. Los resultados revelaron que los bebés nacidos en junio, julio y agosto pesaron más al nacer y alcanzaron una estatura mayor durante la edad adulta. Por el contrario, los que nacen en los meses más fríos de invierno, tienden a ser más ligeros al nacer, más bajitos en la edad adulta y también pasar la pubertad antes.
Si quieres tener un jugador de baloncesto en casa, lo mejor tenerlo entre junio, julio y agosto.
Redacción (Agencias)