Hace ahora 20 años, Pixar dio un salto mortal en el cine de animación. Decidió producir el primer largometraje animado por ordenador y, pese a las reticencias iniciales de Disney y a los malos augurios, fue un gran éxito. «Toy Story« no solo arrasó en taquilla, sino que marcó una nueva era.
La película revolucionó por completo el concepto de cine de animación, que dejó de estar dirigido únicamente a los niños. Fue la más taquillera del año en Estados Unidos y la segunda en todo el mundo, con una recaudación de más de 362 millones de dólares. Fue tal la revolución, que en la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Hollywood concedió un Óscar especial a su director, John Lasseter, por los logros conseguidos en el campo de la animación por ordenador.
Todavía no existía la categoría del Óscar al mejor largometraje de animación -se instauró en 2001-, pero aún así, «Toy Story» se llevó una estatuilla, algo que antes solo había ocurrido con otras dos películas de animación: «Blancanieves y los siete enanitos» en 1938 y «¿Quién engañó a Roger Rabbit?» en 1988.
«Toy Story» supuso un salto enorme en el estilo, profundidad, técnica y temática de la animación, además de que con esta película, Pixar plantó cara al dominio absoluto de los estudios Disney y abrió posibilidades para la entrada de más competidores.
Redacción (EFE)