Píñar, un pequeño municipio granadino, regresa al pasado y celebra con «europiedras», comida prehistórica y ‘taparrabos’ una peculiar fiesta troglodita.
Un reclamo que incluye unas olimpiadas de clanes con las que aspira a ganar el oro turístico y difundir su Cueva de las Ventanas, de época Neandhertal.
Cualquier rincón de Píñar, un pueblo granadino de algo más de 1.200 vecinos, se asemeja a las escenas de los «Picapiedra» y permite realizar un viaje a su pasado.
La iniciativa incluye la vestimenta según marcan los cánones prehistóricos y fuerza a vecinos y visitantes a dejar las moderneces para probar suerte con la vida cavernícola.
El Ayuntamiento enseña a fabricar flechas con las que sobrevivir al ataque de cualquier fiera, a hacer fuego frotando dos palitos, alimentarse con conejo a la brasa y pagar con «europiedras».
Alrededor de 300 personas han abandonado los ‘selfies’ para inmortalizar la fiesta con figuras de barro, pinturas rupestres y aerógrafos fabricados con pajitas con el objetivo de interiorizar la vuelta al pasado que ofrece el municipio.
Redacción (Agencias)