Gracias a las redes sociales hemos podido conocer de primera mano la «fiebre de colorines» que ha afectado recientemente a los estadounidenses tras el lanzamiento de la última tendencia beauty: el frapuccino de unicornio, una variación inspirada en la criatura mitológica de uno de los clásicos de la cadena de cafés Starbucks. Y gracias, también, a las redes sociales, conocemos a su antagonista: el helado gótico.
Little Damage Ice Cream Shop, una tienda de helados de Los Ángeles, California, es quien está detrás de este curioso producto que ha sabido conquistar el alma negra de los instagramers que han caído rendidos a su estética y también a su sabor, una mezcla de almendra y un toque suave de carbón vegetal responsable de su color.
Si bien no son los primeros en tener la idea, ya que otra tienda de Nueva York lanzó al mercado uno parecido el año pasado, sí son los que se han llevado la popularidad, habiendo sabido ofrecer a los amantes del dulce una alternativa oscura y molona para presumir en Instagram.
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Redacción (Agencias)