«Margarita» es una vaca nacida hace cuatro años en una granja de toros de lidia y, de naturaleza mansa, fue regalada por su dueño a un amigo. Es una vaca «sociable» y «cariñosa» que agradece el contacto humano, pero sobre la que pesa una cruel condena a muerte, pues no tiene los papeles en regla y la ley obliga al sacrificio en estos casos.
Sensibilizada por su historia, la asociación Hogar ProVegan ha promovido una campaña para salvarla del matadero y, a escondidas, la ha trasladado a su santuario de animales, mientras negocia con el gobierno catalán regularizar la situación de la res.
La plataforma Change.org ya ha recogido más 160.000 firmas para solicitar un «indulto» que evite el sacrificio de la res. Los grupos de apoyo a «Margarita» entienden que la vaca de Tortosa debe ser considerada como animal de compañía y regirse bajo otra normativa, no por la que regula las explotaciones ganaderas.
Redacción (EFE)