La falta de sueño altera el funcionamiento de las células del cerebro y lleva a lapsus mentales temporales que afectan a la memoria y la percepción visual. Así lo revela un estudio de la Universidad de California.
Los resultados demuestran que la falta de sueño interfiere con la capacidad de las neuronas a la hora de codificar información. Las reacciones de las personas cansadas son más lentas, como reaccionaría un conductor que no ha dormido lo suficiente al ver a un peatón cerca de su coche.
En definitiva, la falta de sueño provoca una influencia similar en nuestro cerebro que el beber mucho. Pero no hay patrón médico que identifique a un conductor demasiado cansado en la carretera de la misma manera que se hace con uno que está ebrio.
Redacción (EFE)