Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México observaron en ratas que tras alimentar lasa con grasa al comienzo de su periodo de descanso, sus niveles de grasa en la sangre se dispararon más drásticamente que cuando se alimentaron durante el inicio de su fase activa.
Los niveles altos de grasa en la sangre se vinculan con enfermedades cardiacas y diabetes. Estas patologías están vinculadas a un estilo de vida en el que los humanos ignoran las señales del reloj biológico y comen por la tarde y de noche.
Según los investigadores, podemos decidir dormir durante el día cuando estamos extremadamente cansados o huimos del peligro durante la noche. Sin embargo, hacer esto con frecuencia (con turnos de trabajo, ‘jet lag’ o quedarse despierto hasta altas horas de la noche) dañará nuestra salud a largo plazo, especialmente cuando comemos en momentos en los que deberíamos dormir.
Redacción (Agencias)