Acaba de abrir en Boston ‘Spyce’, un restaurante de comida sana en el que no hay cocineros. La cocina está totalmente automatizada por 7 robots que son los que hacen la comida.
El sistema es sencillo: el cliente pide a través de una pantalla táctil la comida que desea dentro del menú establecido. Una vez hecho el pedido, de comida sana (nada de grasas) el plato se prepara mediante siete estaciones con sartenes wok completamente autónomas, que son las que cocinan el plato. Cuando terminan de cocinar, se limpian automáticamente.
Eso sí, aunque las ensaladas y los wok se cocinan solos, existen dos personas que se encargan de dar el toque artístico al plato, la presentación final. Comida rápida, sana y barata, ya que cada plato cuesta 7,50 dólares, unos 6, 30 euros al cambio. ¿Estamos ante el principio del fin de los chefs?
Redacción (Agencias)