Un estudio internacional ha descubierto que las plantas son capaces de reconocer la identidad genética de sus vecinas para ajustar la floración a las características del grupo.
El estudio, liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), demuestra que la floración, clave en la reproducción vegetal, depende del ambiente social en el que crecen las plantas.
Los resultados del trabajo, publicados hoy en la revista Nature Communications, confirman que esta estrategia reproductiva moldeada por la selección de parentesco o familiar -hasta ahora demostrada sobre todo en animales-, también es propia de las plantas.
«Hemos observado que las plantas que crecen rodeadas de sus hermanas producen más flores y flores más atractivas que aquellas que se rodearon de plantas extrañas, no emparentadas genéticamente», ha indicado Rubén Torices, investigador del CSIC en la Estación Experimental de Zonas Áridas, en Almería.
Redacción (Agencias)