Cuando tenga 70 años, su pelo se caiga, sus grandes recuerdos se desvanezcan y sus manos no sean capaces de tocar la guitarra, Ed Sheeran al menos podrá pensar, en alto, como a él le gusta, que, no una vez, sino cuatro, llenó Wembley con 90.000 almas dispuestas a escuchar cada verso esculpido por su música.
Es Wembley y su mística los encargados de borrar de un plumazo cualquier atisbo de duda en los ojos del pelirrojo de 27 años quien ya conoce esta plaza y disfruta encarando un escenario de casi 100.000 personas ávidas de espectáculo.
Redacción (Agencias)