Este 26 de julio, Mick Jagger cumple 75 años, pocas semanas después de haber cerrado una gira con los Rolling Stones en la que ha demostrado que conserva una forma física más propia de un atleta veterano que de un viejo rockero.
Bisabuelo y padre de un niño de menos de dos años al mismo tiempo, el cantante británico parece haber pasado página del suicidio en 2014 de L’Wren Scott, su pareja durante trece años, uno de los episodios más oscuros de su vida.
A pesar de las profundas arrugas que surcan su rostro, ha logrado mantener la imagen de juventud perpetua que exhibe sobre los escenarios desde hace más de medio siglo. Jagger sigue contoneándose al inicio de sus conciertos al ritmo de «Sympathy for the Devil», un tema que grabó en el verano de 1968.
El líder de los Stones no rehusó los excesos propios de las estrellas de la música en las primeras décadas de su carrera, pero cambió de rumbo antes de que terminaran los años noventa, preocupado tanto por su salud como por su imagen.
La música y el estilo de vida son solo dos de los tres pilares que definen la vida de Jagger. El tercero son sus complicadas relaciones familiares y de pareja.
Redacción (Agencias)