La estación rupestre lusa del Côa, en la comarca de la Vila Nova de Foz Côa, fue declarada en 1998 Patrimonio Mundial por sus grabados rupestres del Paleolítico Superior (30.000 años), y en 2010, la española Siega Verde (Salamanca), al otro lado de la frontera, recibió la misma catalogación ya que cuenta con más de 600 grabados de arte rupestre de las mismas características.
Las excavaciones, realizadas entre mayo y junio y en las que también participaron estudiantes de las tres universidades y voluntarios franceses, se centraron en un corte de cinco metros de profundidad donde fueron localizados numerosos vestigios neandertales. La composición del suelo donde se realizó el corte es «ideal» para la conservación de los restos.
«Podemos asegurar que hubo una continuidad en la ocupación del Valle del Côa luso -extrapolable al valle del Águeda español- por parte del hombre de Neandertal», explicó Thierry Aubry, responsable de las excavaciones realizadas en la zona portuguesa del Salto do Boi, en las proximidades de la estación rupestre hispanolusa de Côa-Siega Verde.