La mutación de un solo gen hace unos dos millones de años desencadenó una serie de cambios en lo que finalmente se convertiría en la especie humana moderna, entre ellos la capacidad para correr, según un estudio publicado en la revista Nature.
Un grupo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de California descubrió que la inactivación de un gen llamado CMAH, que permite la síntesis de un azúcar llamado Neu5Gc, provocó importantes diferencias con la mayoría de primates.
Al tiempo que se produjo esta mutación genética, los antepasados de los humanos comenzaron a andar erguidos y se produjeron cambios muy rápidos en su biomecánica y en la fisiología del esqueleto que dieron como resultado piernas más largas y elásticas, pies más grandes y músculos más potentes.
Redacción (Agencias).