Era el año 1993 cuando a Johan Huibers, un empresario de origen holandés, se le vino a la cabeza la idea de construir una réplica del ‘Arca de Noé’. En el año 2006 terminó la que fue su primera versión, con la que no quedó satisfecho al tener esta la mitad de tamaño de lo que decía la Biblia. Huibes no se rindió y dos años más tarde comenzó a construir, esta vez sí, una réplica de tamaño real del Arca bíblica.
Huibers construyó un arca con ocho ayudantes en cuatro años. La nave se divide en siete pisos construidos con maderas de Cedro y Pino Americanos. El arca tiene 119 metros de largo, 30 metros de ancho y 23 metros de alto y su construcción costó 1,6 millones de dólares.
Para 2012, el barco ya estaba terminado y abierto al público. Con una capacidad para 5.000 personas, la réplica del ‘Arca de Noé’ de Huibers en Dordrecht, Países Bajos, se convirtió en todo un reclamo turístico.
En ella se podía disfrutar, además de los increíbles detalles, de las réplicas en madera de algunos animales como leopardos, jirafas, elefantes o nutrias, entre otros muchos.
Ahora, el deseo del holandés es que su «pequeña» obra de arte ponga rumbo a Israel y en estos momentos busca lograr su objetivo a través de las donaciones.
Redacción (Agencias)