Son infinitas las ocasiones en las que @MarkKnopfler ha pisado suelo español tanto con los Dire Straits como en su carrera en solitario que comenzó en 1996 con Golden Heart, y en todas ellas la sensación que ha dejado entre sus miles de seguidores ha sido muy buena. Knopfler se hace querer y se deja querer, sus shows son pausados con picos más rítmicos y la calidad de su sonido es una de sus grandes señas de identidad. Cada año mejor, como el buen vino.
Si bien es cierto que Dire Straits estaban casi retirados a finales de los 80 tras la gira Brothers in Arms, aún tuvieron una bola extra a primeros de los 90 con el lanzamiento de On every Street, un disco que fue el detonante de una extensa gira de 229 conciertos que a su vez dinamitaron por completo a la banda . Dire Straits echaron el telón en nuestro país, fueron Barcelona, Madrid (en dos ocasiones) y Zaragoza, las últimas ciudades del planeta en ver a Dire Straits juntos. Esto fue en octubre del 92, algunos recordamos esos conciertos con una lágrima en los ojos.
A partir de aquí, Mark Knopfler se liberó de presiones, ha seguido haciendo bandas sonoras y se dedicó a lo que más le gustó. Esta semana, nueve discos y dos Eps en solitario después, nos dice adiós, “Soy un hombre viejo” explicaba en el concierto de Madrid “y ha llegado el momento de deciros adiós”.
En estos conciertos, Knopfler, que en agosto cumplirá 70 años, cuida más que nunca el sonido de todos los instrumentos, dirige a los diez músicos que le acompañan encima del escenario con una enorme maestría y disfrutamos como si fuera la primera vez de su ARTE encima del escenario.
Desde que sube al escenario nos esperan 18 canciones a través de las cuales Marky nos lleva de viaje por sus influencias celtas y folkies, retratos de la vida en forma de canciones como solo él sabe hacer. Entre estos dieciocho temas no faltan canciones de su última entrega Down the Road Wherever y seis clásicos de Dire Straits. Mención especial a un rotundo Telegraph Road de más de 13 minutos tocado con un virtuosismo excepcional por parte de todos los músicos y terminando con un solo magistral que podéis ver en el vídeo a los pies de estas líneas.
A partir de ahora solo queda cruzar los dedos y esperar a que Knopfler siga teniendo ganas de contarnos historias a través de nuevos discos y ponga en marcha conciertos puntuales como hace su amigo Eric Clapton en el Royal Albert Hall de Londres y tengamos la penúltima oportunidad de disfrutar de uno de los genios de la música popular siglo XX.