Era el 1 de julio de 1979 cuando Sony presentó al mundo el primer reproductor de cassete personal portátil de la historia. Lo llamaron Walkman y acabó convirtiéndose en todo un símbolo generacional.
Según cuenta la historia, el Walkman surgió de la cabeza de Masaru Ibuka (uno de los fundadores de Sony). A Ibuka le gustaba hacer deporte y se le ocurrió idear un dispositivo para escuchar música mientras corría. Le contó su idea a Akio Morita (co-fundador de Sony) quien enseguida vio el potencial de la misma y ordenó a los ingenieros que perfeccionasen el prototipo. Surge así el primer modelo: el TPS-L2.
De este primer modelo se vendieron millones de unidades y eso que cuando apareció pocos se podían permitir comprarse uno debido a su alto precio.
Ya en 1975, Sony disponía de una grabadora portátil que grababa y reproducía una sola pista (monofónica) con micrófono integrado y un pequeño altavoz; el walkman simplemente era una modificación, no grabaría, pero reproduciría, hacia 1979, el sonido estereofónicamente, y no tendría altavoz integrado, pero sí un conector para auriculares.
Hacia 1984, incorporaron un sintonizador AM/FM Stereo análogo; aceptó cintas de dióxido de cromo con sistema de reducción de ruidos Dolby B y ecualizador de 5 bandas, en 1989. Pocos años después incorporan el autorreverse y poco a poco se va convirtiendo en un aparato más sofisticado y completo.
Más adelante llegó el Compact Disc como fuente; este walkman, que se conoció como Discman en 1995 y los más modernos con tarjetas o memorias flash integradas. Sin embargo, estos últimos, a pesar de ser superiores tecnológicamente hablando, no emulan aún la versatilidad del mítico Walkman de casete al carecer de una radio AM/FM que permitía a sus usuarios disponer de gran variedad de programación, además de la música grabada.
25 años después de su aparición, el 24 de octubre de 2010, Sony dejó de fabricarlo.
Redacción