Una clase específica de bacteria en la flora microbiana impide que los ratones se tornen obesos, según una investigación de la Universidad de Utah que podría indicar una forma de control del peso en los humanos.
«Ahora que hemos encontrado la bacteria responsable por este efecto de adelgazamiento podríamos entender realmente qué hacen los microorganismos y si tienen valor terapéutico», ha dicho June Round, profesora de patología que encabezó el estudio.
A lo largo del último siglo, la obesidad y el síndrome metabólico -un conjunto de trastornos simultáneos que aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y diabetes tipo 2- se han convertido en una epidemia global, indica el estudio.
En condiciones saludables estas bacterias cumplen funciones vitales como la intervención en la expresión de genes y la prevención de enfermedades, y los científicos han determinado su papel clave en la regulación del metabolismo de los mamíferos. El estudio ha encontrado que los ratones saludables tienen en su flora intestinal abundante clostridia, una clase que comprende de 20 a 30 bacterias, mientras que los ratones con deficiencia en el sistema de inmunidad pierden estos microbios a medida que envejecen.
Redacción (Agencias).