Un estudio llevado a cabo por investigadores de las universidades de Bath y Birmingham (Reino Unido), y publicado en el ‘Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism’, ha evidenciado que hacer ejercicio antes de desayunar ayuda a quemar el doble de grasa que si se realiza después.
Los científicos comprobaron que el aumento de la quema de grasas se debía a que las personas que no han desayunado antes de hacer ejercicio tienen niveles más bajos de insulina, lo que hace que usen más grasa de su tejido graso y de los músculos como «combustible» para el organismo.
Asimismo, los científicos descubrieron que los músculos del grupo que hicieron ejercicio antes del desayuno respondían mejor a la insulina, en comparación con el grupo que hizo deporte después del desayuno. Sus músculos también mostraron mayores aumentos en proteínas clave, específicamente aquellas involucradas en el transporte de glucosa desde el torrente sanguíneo a los músculos.
Redacción (Agencias)