Según múltiples investigaciones, está demostrado que la gente a veces usa los alimentos como forma de lidiar con los sentimientos negativos, por ejemplo tras una ruptura sentimental, y que la conocida como ‘alimentación emocional’ puede llevar a elecciones de alimentos poco saludables. Sin embargo, según un nuevo estudio publicado en la revista ‘Journal of the Evolutionary Studies Consortium’, ha desmentido que, en general, las personas aumenten de paso tras romper con su pareja.
El estudio, realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Pennsylvania (Estados Unidos), ha analizado el concepto alemán ‘kummerspeck’, que literalmente se traduce al español como ‘beicon triste’: el aumento de peso excesivo debido a la ‘alimentación emocional’, es decir, comer compulsivamente por motivos emocionales.
Aunque todos los participantes del estudio aseguraron haber experimentado una ruptura en algún momento de sus vidas, la mayoría (65,13%) no sufrieron cambios en el peso después de la ruptura. «Lo único que encontramos fue que, en el segundo estudio, las mujeres que ya tenían propensión a comer emocionalmente sí aumentaron de peso después de una ruptura de la relación. Pero no era común», explica Marissa Harrison.
Según la investigadora, sus resultados podrían tener implicaciones clínicas.
Redacción (Agencias)