Investigadores japoneses han logrado reducir el número de picaduras de moscas al pintar las vacas con rayas blancas y negras de forma similar a una cebra, una forma sostenible de reducir el uso de pesticidas.
En el estudio, las moscas picaron casi la mitad de las veces a las vacas cuando estaban pintadas como cebras, mientras que no hubo diferencias significativas entre cuando no fueron coloreadas y cuando fueron tiznadas con rayas negras.
Trabajos anteriores advierten que este fenómeno se debe a que a las moscas, aunque estén atraídas por la superficie de las vacas independientemente de las rayas, se sienten confundidas a distancias cercanas por esos cambios de colores, lo que les dificulta posarse en la piel del ganado. Este método también podría ser usado en caballos.
Redacción (EFE)