Más de cien medios de comunicación, nacionales y extranjeros, se han dado cita en el Monasterio de Uclés, el pasado viernes 15 de noviembre, en la primera representación de “Caballeros en la Mar”, puesta en escena bajo el patrocinio de Fernando Núñez con la dirección artística de David Pérez, para asistir al estreno del espectáculo, único en su género, basado en las sensaciones y vivencias íntimas de un marinero anónimo embarcado rumbo a mares desconocidos.
El insigne municipio conquense ha sido elegido para este proyecto musical, en una fuerte apuesta para hacer que Uclés sea un centro neurálgico y referencia cultural en un futuro inmediato, con la finalidad de promocionar tanto el Monasterio como la cultura local a nivel nacional e internacional.
El pionero espectáculo musical narrativo-pictórico “Caballeros en la Mar”, en el Monasterio de Uclés, en Cuenca, rinde un justo y merecido homenaje a los caballeros de la Orden de Santiago que surcaron los mares en misiones varias, entre ellas la gesta de Fernando de Magallanes, de la que se cumple el V Centenario.
Las tres primeras presentaciones, que han tenido lugar los días 15, 16 y 17 de este mes, han marcado un hito cultural, un éxito sin precedentes, registrando un lleno total de público.
La nostalgia, la gallardía y espíritu de aventura, la alegría y fiesta en tierras de acogida, la soledad sórdida, el miedo a lo desconocido, la muerte, la fascinación, la gesta, el cansancio y desfallecimiento, la ansiedad, las pasiones humanas en momentos extremos son, en definitiva, las que se transmiten en este musical narrativo-pictórico a través de la música renacentista, la imagen artística y la palabra.
Para este concierto único, la Sala Grande del Monasterio se convierte en una nave, una especie de arca en la que navegan los artistas y el público, mientras que un gran cuadro con imágenes en movimiento divide el espacio escénico en dos.
Por un lado, un marinero anónimo, inconsciente de la presencia del público, narra en voz alta lo que va escribiendo en su diario. Se encuentra en la cubierta de la nave y el mar inunda el cuadro. Al otro lado, se encuentran los músicos, posicionados como si fueran en la bodega del barco y sus rostros aparecen y desaparecen tras los dibujos que van desarrollando una historia paralela, construida con imágenes de ensoñación.
El programa, seleccionado y orquestado por Luis Carlos Ortiz, director musical, se basa en la música del renacimiento de la corte española del siglo XVI. La orquestación, hecha para un pequeño grupo de cámara, nos remite a temas que hubieran podido escucharse en un barco durante la travesía en alguno de los viajes, y combina momentos de gran intensidad rítmica con otros de gran espiritualidad.
Mediante la palabra, el guionista Andrés Alés, intenta apuntalar estas emociones a través de un diálogo interior, íntimo, casi un pensamiento transmitido a media voz por el protagonista: un marinero anónimo que plasma en su diario las vivencias y emociones más profundas que se producen durante el viaje.
Las más de 200 obras diseñadas ad hoc por la ilustradora Ana Yedros, otra de las particularidades y originalidades de este musical, crean un escenario indefinido y surrealista, casi como surgidos de la mente del marinero en momentos de ensoñación.
En la puesta en escena, la interpretación narrativa pone el acento en los textos, utilizando la música y la escena en equilibrio a su servicio como complemento y, musicalmente, el contexto armónico evoluciona de más simple a más rico para finalizar con un gran estallido festivo.
La obra artística convive con los concertistas creando un retablo en movimiento, que protagoniza un elenco musical con vocales de primer nivel que interpretan “Caballeros en la Mar” en un espacio artístico vanguardista ideado para el evento.
En la muestra gastronómica temática, el espacio se inunda con reflejos del mar, y como si estuviéramos en la cubierta de un barco, el público se sienta en mesas alargadas para compartir el menú. Diseñado por un chef de prestigio, el ágape se basa en un recorrido geográfico y cultural y se compone de alimentos y especias que pudieron ir en los barcos en sus viajes alrededor del mundo.
Los próximos días 23 y 24 de noviembre habrá una sesión matinal de esta primicia mundial, a las 12 horas, con un coste de 45 euros por persona y, en los días 22 y 23 de noviembre, a las 19 horas, en las representaciones se incluye una muestra gastronómica temática de la época en el Claustro Alto del Monasterio, con un coste de 90 euros por persona (se pueden hacer las reservas en el email: eventos@monasteriodeucles.com).