Orbison se quedaba quieto y planteaba un dilema para aquella juventud: si el rock and roll era movimiento, ¿por qué, entonces, no se mueve? Roy se convierte en un antihéroe de enorme talento pero con la timidez por bandera.
Con una voz única y un registro que abarcaba varias octavas, pero una timidez espantosa fue un hombre perseguido por las tragedias. En los años 60 fallecía su esposa en un accidente de moto en la que viajaban los dos. Años más tarde su casa se incendiaba mientras daba un concierto y fallecían sus dos hijos mayores.
También tuvo problemas cardíacos por su afición a los cigarrillos pero eso no le impedía ser parte de los cuatro grandes junto a Elvis Presley, Johnny Cash y Jerry Lee Lewis. Pero de la mano de las tragedias familiares su estrella se fue apagando, su música no se vendía hasta que en 1981 fue de nuevo reconocido.
Y así es que se produjo su entrada en el Salón de los Compositores de Nashville y en el Salón de la Fama del Rock and Roll. En este último, con un discurso de Bruce Springsteen, que dijo: “Quería un disco con palabras de Bod Dylan, que sonase como si fuese de Phil Spector pero sobre todo, quería cantar como Roy Orbison, bueno, ahora todos saben que nadie canta como Roy Orbison”.
Redacción (Informativos).