Bill Withers, figura del soul y autor de canciones eternas como «Ain’t No Sunshine» o «Lean on Me», ha fallecido este viernes a los 81 años en Los Ángeles (EE.UU.). por problemas de corazón.
Con una carrera muy breve y singular, casi limitada a la década de los años 70, Withers se hizo un hueco muy importante en el soul con una mirada cálida, íntima y muy personal a este género que se denominó folk-soul.
Su obra es conocida sobre todo por el lamento romántico de «Ain’t No Sunshine» («no hay sol cuando ella no está…») y el elogio siempre reconfortante de la amistad de «Lean on Me» («A veces en nuestras vidas, todos tenemos dolor y pena, pero si somos inteligentes, sabremos que siempre hay un mañana. Apóyate en mí cuando no te sientas fuerte, y seré tu amigo»).
Los orígenes humildes de Withers en la población de Slab Fork, en una zona minera de Virginia Occidental (EE.UU., 1938) están muy vinculados al proletariado: se alistó en la Marina, trabajó como mecánico y también fue repartidor de leche.
Pero la trayectoria de Withers siempre se caracterizó por giros únicos e inesperados y al comenzar la década de los 70, cuando ya tenía más de 30 años, firmó su primer contrato musical con el sello Sussex Records. «Just As I Am» (1971) fue el disco debut que incluía «Ain’t No Sunshine» y con el que comenzó a definir su identidad: una mirada acústica, emotiva y delicada al soul, un género que había reinado por su pasión y explosividad en la década anterior pero que, poco a poco, comenzaba a perder peso en la escena afroamericana ante el avance del funk.
Y poco después editó el espléndido disco doble en directo «Bill Withers Live at Carnegie Hall» (1973), considerado como una de las cimas de su obra.
Withers fue Miembro del Salón de la Fama del Rock and Roll y ganador de tres Grammy.
Redacción (EFE)