Este año se localizó un agujero de ozono en el Ártico, inédito por su tamaño y duración. Según el equipo del Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de la red europea Copernicus se ha cerrado y no volverá, a pesar de que está previsto que el vórtice polar vuelva a reforzarse en los próximos días.
Según explican, esta situación sin precedentes no tiene nada que ver con la reducción de contaminación que ha provocado el confinamiento en gran parte del mundo por la pandemia del coronavirus sino que, al parecer, estaría ligada a la ‘ola de calor’ que ha vivido el Ártico esta semana, con temperaturas hasta 20ºC superiores a las normales para esta época del año.
Los satélites detectaron un agujero en la capa de ozono sobre el Ártico durante el pasado mes de marzo de 2020, con una dramática pérdida en la estratosfera del 30% de ozono en la vertical del Polo Norte.
Redacción (Agencias)