Los museos han cerrado pero el arte, como la vida, no para. Internet se ha convertido en una gran sala de exposición en el que artistas profesionales y anónimos retratan la crisis sanitaria, reflexionan sobre el mundo que vendrá o simplemente, combaten el aburrimiento.
La fotografía, un género que muchos críticos se resisten a elevar a la categoría de arte, está haciendo una fantástica labor como retratista de la pandemia. El primer shock de la crisis sanitaria llegó con las primeras imágenes de ciudades vacías, sin sus habitantes, una situación impensable unas semanas atrás. Esas escenas, que los cuadros de Antonio López vaticinaron hace décadas, han sido retratadas por artistas y fotoperiodistas con tanta sensibilidad artística como rigor periodístico.
La primera exposición virtual del Museo Reina Sofía tras el cierre de sus puertas trata justo este tema. «Ante el umbral«, un trabajo del fotógrafo Clemente Bernad retrata, con la crudeza del blanco y negro, la ciudad de Madrid, con su terrible nueva realidad: colas para hacer la compra, guantes de plástico por las aceras y calles deshabitadas.
En Instagram, Covid Photo Diaries (@covidphotodiaries), el proyecto de ocho fotógrafos españoles con el apoyo de Médicos del Mundo, recoge escenas, que han cobrado nuevo significado con la pandemia: una mujer embarazada que acude al hospital a hacerse una ecografía, la vida en una residencia de ancianos o el abrazo de dos sanitarios en una UCI.
Las iniciativas anónimas de artistas están siendo clave en la crisis. Junto a la infinidad de memes que se han creado en torno al confinamiento, se encuentran otros ejercicios de humor como la moda de recrear cuadros famosos, una iniciativa que arrasa en Instagram y que han apoyado museos como el Getty de Los Ángeles, el Rijksmuseum de Ámsterdam o el Met de Nueva York.
Redacción (Agencias)