Mantener al menos un metro de distancia con otras personas y usar protectores faciales y oculares podría ser la mejor manera de reducir la transmisión de la COVID-19, según un estudio publicado en The Lancet, que indica que si se guardan tres metros, las posibilidades de contagio se reducen a la mitad.
Se trata de la investigación más completa realizada hasta ahora por un grupo de expertos internacionales, encabezados por la Universidad McMaster (Canadá), que señalaron que si bien estas medidas de protección pueden ayudar a frenar la expansión del virus, «no brindan protección completa contra el contagio».
En el estudio, realizado para avalar los documentos de orientación de la OMS, se examinó sistemáticamente, por primera vez, el uso óptimo de medidas de protección como el distanciamiento y la cubiertas faciales y oculares, tanto en entornos comunitarios como de atención médica en pacientes con COVID-19.
Detectaron que mantener una distancia física de más de un metro respecto a otras personas se asociaba con un riesgo mucho menor de infección en comparación con estar a menos de un metro (el riesgo de contagio a más de un metro de distancia del individuo infectado fue del 3 % frente al 13 % dentro de un metro).
El estudio apuntó que por cada metro adicional de distancia hasta los tres metros, la probabilidad de infección puede llegar a reducirse a la mitad.
La COVID-19 se transmite con mayor frecuencia por las gotas respiratorias, especialmente cuando las personas tosen y estornudan, e ingresa por los ojos, la nariz y la boca, ya sea directamente o al tocar una superficie contaminada con las manos y luego llevarse estas al rostro.
Redacción (Agencias)